Si esta imagen no te emociona, no te gusta el cine de verdad

miércoles, 27 de abril de 2011

LA SONRISA DE UNA ESTRELLA


De nuevo me despido de otra gran estrella, María Isbert, para mí eres una secundaria de lujo y la protagonista de muchas de mis sonrisas y buenos momentos. Comenzaste con la película “la vida empieza a medianoche” y a partir de entonces ya no paraste, colaborando en 250 películas. A tus 94 años nos dejas, ya llego tu hora de hacer reír a los ángeles y a tus compañeros de cine español que te esperan con los brazos abiertos.


Siempre he admirado la gran vitalidad que desprendías, tu sentido del humor, tu sensibilidad y tu empatía con todo aquel que se acercaba a ti, nunca perdiste la gran modestia que te caracterizaba. Tuviste que trabajar mucho y sacar sola adelante a tus siete hijos, aún así, nunca te rendiste, todo lo contrario, trabajaste sin descanso en tu gran pasión, el teatro.


Nunca te quejaste, siempre tenías una amable palabra para cualquiera, tu gran corazón se notaba nada más verte. Nos dejaste muchas lecciones que no se aprenden en la escuela con estas grandes frases:

"Mira, la tristeza es una cosa terrible, la peor compañía que puedas tener, es como una fiera que te lo destruye todo. Pero no tiene nada que ver con llorar, también hay que saber llorar para que acabe pronto y a otra cosa, mariposa".

"En las giras por el norte siempre íbamos con mucho miedo de que saliera el sol y la gente se fuera a la playa en lugar de venir a divertirse al teatro, así que íbamos a pedirle al Señor que lloviera bonito y sí, qué quieres que te diga, siempre se largaba a llover".

"A estas alturas lo único que sé es que la vida es maravillosa, aunque nos tenga muy atareados de susto en susto".

"Yo debuté con mi padre a los 8 años en 'Nuestra Natacha' de Casona, no me acuerdo de nada, pero de una cosa sí, una cosa que me acompaña siempre: los aplausos, imagínate qué divertido para una niña, parecía que todos los aplausos habían nacido sólo para mí, fíjate qué tontería más grande".

"Los cómicos solemos decir ante la muerte de un compañero, se murió fulano, pobrecito, y no es porque no creamos que se fue al paraíso, sino que el pobre ya no va a venir al camerino a prepararse con miedo a olvidar la letra, y eso es tan emocionante, sobre todo cuando sales a escena y ya pierdes todo temor, jajaja, en cuanto empiezas te acuerdas hasta del texto de tus compañeros".

Viviste tu gran sueño, interpretar y estar siempre en el escenario. A tu padre, el gran Pepe Isbert, nunca le hizo gracia que te dedicases al espectáculo y quería que estudiases. La guerra favoreció que no pudieses seguir estudiando y todo te encamino a tu pasión, el teatro.



Fuiste nombrada Académica de Honor por la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España y de nuevo nos arrancaste una sonrisa cuando subiste a recoger el premio. Dando de nuevo una lección de humildad y generosidad donde tu hijo, Tony Isbert, que te entrego el premio, se sintió muy orgulloso de ti.


 
María, has sido un referente del cine español para todos nosotros y nos deja tristes pero con una sonrisa. Descansa en paz.





martes, 26 de abril de 2011

"THE TOWERING INFERNO" (EL COLOSO EN LLAMAS)

No era esta la película que quería comentar hoy, pero, ayer mismo la volví a ver y me anime a publicar este post. Bueno, esto está que arde. Aquí tenemos al gran coloso de Paul Newman que me pone a mí en llamas.


Esta película, ganadora de tres Óscar, mejor fotografía, mejor montaje y mejor canción está repleta de actorazos ya entraditos en edad, pero que están estupendos. Película de los años 70 que nos muestra una adaptación de la novela de Richard Martin Stern “la torre” y la novela de Thomas N. Scortia y Frank M. Robinson “el infierno de cristal”. En aquella época la Warner Bros tenía los derechos cinematográficos de “la torre” y la Twentieth Century Fox tenía los de “la torre de cristal”. He aquí el problema, corrían el peligro de estrenar ambos películas con la misma temática.



Las dos novelas en las que se basa la película se publicaron en Estados Unidos coincidiendo con la inauguración de las Torres Gemelas del World Trade Center de Nueva York, ya que por entonces se especuló mucho en la prensa y la TV sobre las medidas de seguridad de aquellos enormes edificios en caso de incendio.
Fue Irwin Allen, conocido productor al que llamaban “el maestro del desastre” (le recordaremos por la película de “la aventura del Poseidón”) quien propuso a la Fox y la Warner asociarse para producir una sola película. La fox se haría cargo de distribuirla por Norteamérica y la Warner por el resto del mundo. Allen contrato a Stirling Silliphant para escribir el guión de ambas novelas. Quedando como título final “la torre del infierno” traducida aquí como “el coloso en llamas”.

Allen produjo y dirigió las escenas de acción del coloso en llamas junto con el director contratado por Allen, John Guillermin, autor de “Alarma: vuelo 502 secuestrado”. La elección lógica debería haber sido Ronald Neame tras el éxito de “la aventura del Poseidón” pero se encontraba en Alemania rodando y no pudo ser.


Había poco tiempo para el rodaje, apenas poco más de dos meses, por lo que se repartieron las tareas y se organizaron como hormiguitas. Guillermin dirigiría las escenas dramáticas y Allen las de acción. El director de fotografía de “la aventura del Poseidón” ya se había retirado por lo que Allen tuvo que contratar a nuevos directores de fotografía. Contaron con Fred Koenekamp, que trabajaría estrechamente en el equipo de Guillermin y Joseph Biroc que trabajaría en el equipo de Allen. Koenekamp es conocido por la película de Papillon, donde conoció a McQueen y este le recomendó para esta película, al final McQueen fue colocando a todos sus amigos en la película.

Se fueron incorporando personas que ya habían trabajado en “la aventura del Poseidón” para los efectos especiales.



Comentaban de Allen lo siguiente:

“Irwin Allen estaba ansioso por conseguir que todo pareciera real, pero al mismo tiempo, la seguridad (de los actores y los extras) era lo más importante para él. No menos de 30 personas del cuerpo del cuerpo de bomberos de San Francisco y los Ángeles estaban presente durante el rodaje de las escenas de acción más grande (...)”.

El fuego se conseguía mediante una mezcla de gases y el departamento de bomberos de los Ángeles limitaba los planos a 20 o 30 segundos como máximo debido al calor a que el calor era enorme y el fuego podría haberse propagado con facilidad. Esto nos limitaba enormemente los ángulos de cámara y las posiciones para iluminar, de manera que debíamos pensar cada plano minuciosamente con mucha antelación por medio de storyboards (...)

Nunca usé menos de tres cámaras simultáneamente para no perder detalles de la acción, y en ocasiones llegué a usar ocho, como en el gigantesco set del Salón Promenade (donde se encuentran los invitados cuando estallan los tanques de agua al final del film), que ocupaba un estudio de sonido al completo. Las cámaras se posicionaron en forma de óvalo rodeando el set, porque debíamos de cubrir las reacciones de los personajes principales y lo más difícil, evitar que desde un ángulo de cámara se viese la siguiente. Estuvimos 3 semanas rodando en aquel set (...).

Debido a que en el techo se acumulaba el calor de las llamas, al contrario que Koenekamp nosotros no podíamos colocar las luces en esa posición. Sin embargo, pronto me di cuenta que en la mayoría de los planos las luces no eran necesarias ya que las propias llamas eran una fuente de iluminación lo suficientemente potente y realista. Para compensar el poco tiempo que podía durar cada plano, en ocasiones rodamos a dos, tres, o incluso cuatro veces la velocidad normal, con lo que una vez proyectadas las imágenes a 24 fotogramas por segundo, las escenas parece que tienen una duración mayor. En muchas ocasiones, al rodar con varias cámaras a la vez, teníamos el problema de que la luz que era adecuada para una de ellas, podía ser insuficiente para otra. Por ello, tuvimos que realizar ciertos compromisos al iluminar, pero no nos importó ya que el material que estábamos consiguiendo era magnífico (...)."


En cuanto a la elección de los actores, en un principio McQueen estaba pensado para el papel del arquitecto, que era el papel protagonista, pero McQueen prefirió el papel de jefe de bomberos y le sugirió a Allen que el papel de arquitecto lo interpretara su gran amigo Paul Newman, quedándose este con Faye Dunaway como novia (una suerte para él que ya había tenido Mcqueen en otras películas). Curiosamente, tanto McQueen como Newman tienen las mismas líneas de diálogo porque así se quiso. Ambos cobraron lo mismo, 1 millón de dólares más el 7,5% de los beneficios. Nos encontramos con William Holden que interpreta a Jim Duncan, el constructor del edificio y la modelo Susan Blakely, a su hija Patty, casada con Roger Simmonds interpretado por Richard Chamberlain, que es el encargado de la instalación eléctrica del edificio. La actuación de Chamberlain, para mi gusto, deja bastante que desear, la verdad. Jennifer Jones (en su último film) junto con Fred Astaire, interpreta a una pareja que se enamora esa misma noche. Entre otros muchos actores.


Pero sin lugar a dudas, los que llevan el peso de la película son estos dos actorazos, McQueen y Newman, ambos con esos ojazos azules, no sé si pueden apagar un fuego o avivarlo más.



El coloso en llamas sienta un precedente para las películas de catástrofes. A partir de entonces se han hecho muchas, pero, con la esencia de esta, pocas. Se masca la tragedia desde el minuto uno, todo aparentemente normal pero...... Una gran fiesta, todos de gala, ellos con trajes y camisas con chorreras, ellas con largos vestidos y escotes que distraen. Se muestran planos desde abajo para que veamos lo grandioso del edificio (gran maqueta) y desde los ascensores externos, todo ello se empieza a alternar con un plano de un pequeño fuego que empieza en una de las salas pero que apunta maneras, no se trata de fuego en la sartén o una llamita de nada, no amigos, es fuego del bueno, del que quema. Nos va mostrando todo lo perfecto del edificio, todo lo nuevo, a estrenar, para que luego veamos en lo que se puede convertir en pocas horas la ambición y la codicia humana.


Incertidumbre y visión de desastre que solo el espectador conoce, antes que los protagonistas. Eso crea una tensión, como siempre digo, cuidado que viene el lobo. No les podemos avisar porque ellos están ensimismados con su fiesta, sus romances y el estreno del gran coloso.

A mi querido Paul Newman es al único al que le huele a chamusquina todo esto, intuye lo que se avecina y por eso él sí se aleja de los trajes con chorreras y lleva esa chaqueta de ante color canela que, con su pelo canoso, le da un aspecto magnífico, esta guapísimo (¿se me nota mucho que me encanta Paul?) El nos guía para que nosotros pensemos como él, necesita a alguien que le escuche y esos somos nosotros, los espectadores, le apoyamos en todo momento y sabemos lo que siente. Tenemos nuestras esperanzas puestas en él y en el jefe de bomberos, McQueen. No debemos olvidar a la maravillosa Faye Danawey (aquella que nos dejo locos con Bonnie and Clyde), interpreta a la novia de Newman y lleva un traje que incendia por sí mismo, no es que haga una interpretación de diez, pero es necesaria en esta película.



Todo comienza a complicarse a medida que pasan los minutos, que no son pocos, porque dura bastante este metraje. No nos deja ni un respiro, cuando parece que tiene arreglo va a peor y comienza la tragedia, no se puede parar, va a más, crece como la pólvora. Los planos del fuego en esta película son aterradores, muy buenos. El contraste de la música en la fiesta con el ruido de las llamas y la desesperación de Paul Newman para que le hagan caso, esta sensacional.


Muy buena elección la del vestuario. El constructor, Duncan interpretado por William Holden, no escatima en ahorrarse dinero a la hora de construir el edificio y se presenta con una chaqueta de raso roja, roja como el fuego, símbolo quizás de esa ambición y codicia humana. Duncan alardea de sus sistemas de seguridad y se niega a desalojar el edificio frente a un jefe de bomberos (McQueen) que le exige que desalojen. Fantásticos planos cuando todos se agolpan frente a los ascensores con nerviosismo, te hace sentir la angustia en tiempo real.

Película que está marcando historias de amor al tiempo que la cosa se complica. La pareja que se queda atrapada en una habitación por estar haciendo el amor. Ella con solo una camisa y ropa interior se arrastra por el suelo intentando sobrevivir y al final pasa lo inevitable. La pareja encantadora que se enamora esa noche, interpretada por el gran fred Astaire y Jennifer Jones.  La escena de Faye y Newman en la cama....




He de decir que, en cuanto al guión, los diálogos son algo flojos pero, ante este tipo de películas, es lo que menos importa, te mantiene en vilo, que es lo importante, tampoco hay mucho que decir.

Como anécdota contaros que durante el rodaje se produjo un incendio de verdad en el estudio. Los bomberos que acudieron a sofocarlo fueron ayudados por el propio equipo del film incluyendo algunos de los actores que rodaban en ese momento. Steve McQueen echó una mano, todavía vestido con su uniforme de jefe de bomberos. Un bombero auténtico que estaba a su lado le reconoció y exclamó "¡Mi mujer no se lo va a creer!", a lo que McQueen respondió "La mía tampoco..."

Los efectos especiales para la época en que se hizo la película están muy logrados. Las maquetas apenas se aprecian como tal. El mismo Abbot comenta:

"Mi mayor misión en el film fue la fotografía de las miniaturas. Construimos el edificio de 138 pisos con un tamaño de 70 pies. Podríamos haberlo hecho incluso más alto, pero eso habría hecho imposible rodar planos picados, que eran imprescindibles. Una vez tuvimos construida la miniatura del edificio, tanto los fuegos como las explosiones debían de ser de la misma escala. Es la única manera de trabajar cuando ruedas con miniaturas. Después de tres días de pruebas, hallamos la escala apropiada una vez que estábamos fotografiando a 72 fotogramas por segundo, 3 veces la velocidad normal. (...)".



Destacar la música de John Williams, muy bien adaptada a cada momento.

Irwin Allen fue condecorado por distintas asociaciones de bomberos porque la película contribuyó a la mejora de los sistemas antiincendios por todo el mundo y la propia película comienza de esta manera:

“Esta película está dedicada a todos aquellos que dieron sus vidas para que otros pudieran vivir, a los hombres que luchan contra el fuego….”

Os dejo este post. Si os apetece pasar un rato entre llamas reales y no tan reales con Paul Newman, McQueen y la guapa Faye, ya sabéis, a ver la pelí.











domingo, 24 de abril de 2011

ARIANE "LOVE IN THE AFTERNOON"


Seguimos con el gran Billy Wilder, esta vez con otra comedia romántica, más romántica que cómica, la estética nos recuerda a Lubitsch, con el que colaboro como guionista en los primeros años de carrera. Esta película rezuma Wilder por los cuatro costados con la encantadora Audrey Herburb junto con Gary Cooper y otro de los grandes, Maurice Chevalier. Esos diálogos afiliados e irónicos donde Wilder y Diamont saben tratar los temas mas peliagudos con la mayor de las sutilezas. Wilder siempre nos muestra a la mujer como aquella que maneja los hilos, que, pese a su aparente inocencia, es capaz de volver loco a cualquiera, incluso a un playboy ya maduro y experimentado que se va a encontrar con una dura contrincante.


Audrey interpreta a Ariane, una joven estudiante de música que se enamora de un seductor playboy, en este caso, Gary Cooper, que interpreta a Frank Flannagan, millonario conquistador. Que mejor escenario para que transcurra todo que en París. ¿Se os ocurre otro sitio mejor?, ¿Venecia?, podría ser, pero sería como "vacaciones en Roma", además, París tiene esa elegancia que se complementa con Audrey, con su forma de andar, de reír, de mirar, en definitiva, Audrey es a París como París es a Audrey. Esta película estaba pensada en un primer momento para Gary Grant, pero este rechazo el papel. Para mi hubiera quedado mucho mejor porque la química entre Audrey y Gary Grant era algo especial.


Al final se hizo con Gary Cooper, que en esta película, ya sale algo mayor y en mi opinión, esta también un poco desmejorado, de ahí que casi siempre se muestre su rostro oscurecido. Wilder soluciona este tema con una frase de guión donde Ariane dice "los jóvenes me parecen engreidos, torpes y con muy poca imaginación". Pese a sus palabras yo, como espectadora, no acabo de creerme mucho este romance. De todas formas, se suple todo con la maravillosa actuación de Audrey, los diálogos, la fotografía y, en definitiva, por ser una película del gran Wilder que nos vuelve a dar una lección de cine bien hecho.


No debemos olvidarnos de la gran actuación de Maurice Chevalier que interpreta a un detective privado, Claude Clavasse, padre de Ariane. Se muestra divertido, tierno y encantador. En la foto, es el que aparece a la derecha.


Como he dicho con anterioridad, el guión es fantástico y las frases están perfectamente colocadas. Os muestro alguna de ellas:

"Perdone que le moleste pero le van a matar, su amigo esta detrás de esa puerta con un revólver, un gran revólver". (Ariane)

"Si hubiera más amor entre los humanos habría menos cadáveres".  (Ariane)

"¿Quien se sienta en la maleta en los demás sitios?" (Ariane)
"¿Sabes usted que me desconcierta?, no puedo descifrarla" (Flannagan)

"El que ama y huye vive para amar un día más" (flannagan)

"Cuando un hombre suda por la mañana es que ha tenido una noche muy buena o muy mala" (Clavasse).



Maravillosos planos en esta película en blanco y negro donde Audrey sigue llenando la pantalla con esa luz a la que nos tenía acostumbrados. Pese a que en la película es muy joven (27 años) la hacen aparentar menos edad (19 años) y Gary Cooper que ya tenía sus 55 años parece mayor. Tiene una fotografía brillante en blanco y negro a cargo de William C. Mellor ("Gigante" y/o "La historia más grande jamás contada" entre otras muchas), en escenarios muy bien elegidos como el hotel Ritz de París donde en la suite número 14 se hospeda uno de los protagonistas y donde un cuarteto de Zíngaros entran y salen de la habitación para amenizar las conquistas del seductor flannagan.


La música de Franz Waxman que ya intervino en "Sospecha" y "Rebecca" son las canciones tocadas por el inolvidable cuarteto zíngaro  que le dan a la película un tinte muy cómico, este cuarteto no eran actores sino unos músicos que encontro Wilder en un bar. Acompañan a Flannagan en todas sus conquistas. Escena muy simpática cuando dan un paseo un barca y detrás de los enamorados les sigue otra barca con los músicos zíngaros. O cuando Flannagan se mete en un taxi y los músicos se meten detrás de él y siguen tocando. O en la escena de la sauna, donde los músicos siguen tocando en traje y sudando mientras Flannagan esta desnudo con tan solo una toalla. Es brillante.
Tiene maravillosas escenas, la del perro, la bañera donde se sale todo el agua, el mensaje que deja grabado Ariane para Flannagan en un magnetofón y que esté escucha una y otra vez para mostrarnos con esta encantadora escena lo enamorado que esta de ella. Música de fondo de desesperación mientras las copas desfilan por la mesita de ruedas que es lanzada por flannagan a los músicos y de estos a flannagan de nuevo. La escena donde están ambos tirados en el suelo como dos adolescentes enamorados...y tantas otras.


De nuevo Wilder nos deja encantados y enamorados de sus películas. en esta ocasión esta romática y cómica cinta donde París y Audrey nos dejan con una tierna sonrisa.



viernes, 15 de abril de 2011

IRMA LA DULCE


Dedico mi post a una persona muy especial para mi.


De nuevo vuelvo con una de las grandes. Una película donde mi adorable Jack Lemmon y la dulce Shirley Mclaine, vuelven a estar juntos en una entrañable y divertida comedia como no podía ser menos y, para más inri, deciros que es una película dirigida por otro de mis preferidos, Billy Wilder y escrita, como no, por él y por Diamond.




Wilder repite cartel con estos dos actorazos que ya nos tocaron el corazón y conmovieron en la película de “El apartamento”.



Irma la dulce, basada en la comedia musical de “Irma la douce” (1956) de Alexander Breffort, con música de Margarite Monnot se estrena en 1963 y gana un Óscar a la mejor adaptación musical, además de otras nominaciones. Wilder le quito casi toda la música ya que no era muy partidario de los musicales, decía que interrumpían el desarrollo de la historia.

Es una película divertida, llena de enredos, diálogos chispeantes y con mucho ritmo, las interpretaciones son sensacionales y el vestuario y ambientación de lujo. Nos encontramos con Jack Lemmon que interpreta a Nestor Patou, un gendarme recto y formal donde su único pensamiento es mantener en orden el barrio donde le destinan, un orden de decencia y rectitud donde hasta ahora solo reina otro tipo de decencia y rectitud muy peculiar. La entrada de Jack Lemmon en la primera escena es espectacular, con el movimiento de la porra marca el territorio como un sabueso, ávido de dominar la situación. Con una media sonrisa parece que va pensando “este barrio lo controlo en un plis porque soy la ley”, ¡que equivocado estas amigo Jack!, te va a costar dios y ayuda dirigir el rebaño de descarriados con el que te vas a encontrar y sobre todo con la ovejita más traviesa, Shirley Mclaine, que interpreta a Irma, una dulce prostituta que tiene la mayor clientela del barrio, la dulce Irma le traerá de cabeza toda la película.





No debemos olvidar al gran secundario Moustache (Lou Jacobi), personaje muy potente que aporta gran peso a la película, el espectacular Moustache, dueño de un bar, nos asegura una gran sonrisa y diversión con él. Este hombre es la cordura, es el filosofo de la película, el más coherente y lógico. Con estas grandes frases nos deja con la boca abierta:




"En este mundo en que vivimos el amor es ilegal, pero el odio no". "Moustache" (el camarero) (Lou Jacobi).

"Ser honesto es como desplumar una gallina al viento, te llenas la boca de plumas". "Moustache" (el camarero) (Lou Jacobi).

"La cárcel está llena de inocentes que dijeron la verdad. Difícil forma de tener una vida fácil". "Moustache" (el camarero) (Lou Jacobi).



Como anécdota os diré que mandaron un sacerdote al estudio porque en la película hay una boda católica y él debía velar para que no se dijese nada blasfemo. Wilder cuenta como el cura, cada vez se sentía más y más a gusto mientras las actrices disfrazadas de putas daban vueltas voluptuosas a su alrededor.


Película con los ingredientes más sabrosos, enredos, disfraces, personajes disparatados pero que no te resultan chocantes en ningún momento, porque desde el principio todo se muestra así y así debe ser. Es igual que cuando vemos superman, no nos cuestionamos porque un hombre lleva capa, mallas ajustadas y calzoncillos por encima de las mallas y, para colmo vuela y tiene una fueza descomunal. Es así porque es superman y nos lo creemos a ciegas. 

Eso es saber hacer buenas películas, que no tengas que cuestionarte y decir “eso es imposible, venga hombre, eso no pasa de verdad”. La maestría para crear personajes absurdos sin que te plantees el porqué son así y simplemente digas “claro, es así porque es lógico que pase así, no puede ser de otra manera” para mí, poder hacer esto, es un gran logro, Te metes en la película desde el principio y comes todo los que te sirven sin rechistar y encima te encanta.



La trasformación de los personajes y lo que van viviendo y sintiendo a medida que trascurre la película es genial. Unos travellings verticales y unos planos muy buenos confieren a la película ese ritmo a veces vertiginoso.





Es una comedia romántica contada como un cuentito, sin entrar en sensiblerías y con detalles muy tiernos que dan a la cinta un aire romántico muy sencillo. También es bastante crítica con determinados sectores donde defiende la profesión más antigua del mundo. Billy Wilder tiene esa habilidad admirable, de una historia sencilla crea una película esplendida.




Para decir algo negativo, a partir de la segunda mitad, decae un poco más y se hace en ocasiones bastante enrevesado, quizás sea por el metraje, muy largo. De todas formas, sigue manteniendo la chispa. A Wilder se lo perdonamos todo ¿Verdad? con esa cara que tiene no le podemos negar nada.


Una banda sonora de André Previn y Marguerite Monnot que está a la altura de la película en todo momento y una fotografía de Joseph Lashelle que no tiene nada que envidiar a otras.

No dejéis de verla. Es una película sencilla que, aunque en la época era inmoral y recibió no muy buenas críticas, hoy en día, es una película divertida y tierna, como casi todo lo que hacía Wilder.

lunes, 11 de abril de 2011

UN HOMBRE CON MUCHA PIEDAD


Sidney Lumet nos dice adiós. A sus 86 años, Lumet deja en nuestras manos un gran legado para recordarle como se merece. El legado que nos deja es grandioso, autor de 40 película y más de 70 títulos que van desde el año 1957 hasta el 2007. Después de 50 años dedicados al cine le dieron un óscar honorífico en el 2005. A Hollywood le cuesta dar Óscars cuando los tiene que dar, siempre esperan y esperan. Al final reconocieron su labor y larga trayectoria. Lumet tampoco fue muy amigo de los protocolos y las hipocresías del momento, vivió apartado de todo ese jaleo.




Debutó como actor infantil a los cuatro años en los teatros Yiddish de Nueva York. Esto le marcaría para siempre. La lengua y la cultura Yiddish son las de las comunidades judías asquenazí asentadas en la Europa central y oriental, emigradas en gran número a los Estados Unidos, especialmente a Nueva York, a causa de las persecuciones y hambrunas desde finales del siglo XIX. Cuando los nazis exterminaron las comunidades europeas su memoria quedó en gran parte en manos de estos emigrantes que, como el premio Nobel Isaac Bashevis Singer, asumieron el compromiso de preservar lo que los nazis pretendieron aniquilar.



A partir de entonces se convirtió en director teatral y más adelante en realizador televisivo. Esto hizo que algunos, al pasar al cine, no le aceptarán con mucha facilidad. Empezó con “12 hombres en pugna” (1957) llamada en España “12 hombres sin piedad” donde nos encontramos con el magnífico Henry Fonda. Esta película tuvo mucho éxito llegando a ganar el oso de Berlín y varias nominaciones al Óscar. Después de esto volvió a televisión una temporada alternándolo con el cine. Siguió dirigiendo otras películas pero no tuvieron gran transcendencia hasta que hizo “el prestamista” (1964). Ente 1964 y 1970 no fue muy notoria su carrera. Hizo algunas cosas muy buenas pero fue a partir del 1971 cuando su carrera se disparo y ya no paro en 30 años.



Como dijo en una ocasión el propio Lumet "Mientras que las otras películas apuntan a entretener, el tipo de película en el que creo va un paso más allá. Hace que el espectador examine una faceta u otra de su propia conciencia. Estimula el pensamiento y pone en movimiento los jugos mentales".



Lumet era un cineasta nutrido en las mejores tradiciones teatrales, y dedicó una amplia parte de su filmografía a la adaptación de autores como Chejov, Tennessee Williams, Arthur Miller, Eugéne O’Neill, Peter Shaffer o Ira Levin.

En sus películas lo que a él le importaba eran los personajes, nada de excentricidades ni decorados grandiosos. Un personaje, tal cual es, con sus alegrías, con sus miserias, lo que siente y vive. Estos personajes llevaban siempre un claro mensaje para hacernos pensar. Grandes películas han transmitido todo esto, entre ellas “Serpico”, “tarde de perros”, “el prestamista”, “network”, “veredicto final” y, la última como director, “antes de que el diablo sepa que has muerto”. Sus películas siempre tenían una denuncia contra la corrupción, los perjucios raciales, las traiciones, en definitiva, contra lo que se vivió entre los años 60 y 70, época de racismo y corrupción con clara falta de compromiso social.




En otra ocasión Lumet comento “En cuanto a Internet, creo que me queda poco tiempo de vida y prefiero invertirlo en aprender más sobre las personas que sobre las cosas".



Gracias, Lumet, por tu talento, por tus convicciones sociales y por hacerte un hueco en el difícil mundo del cine dejándonos tu gran legado del que seguiremos disfrutando.

viernes, 8 de abril de 2011

MATAR A UN RUISEÑOR


Robert Mulligan, director de gran sensibilidad, nos ofrece esta tierna adaptación de la novela de Harper Lee, íntima amiga de Truman Capote (en quien de hecho está basado uno de los personajes llamado titi), Harper Lee consiguió hacerse con el Pulitzer con su única novela "matar a un ruiseñor".



En esta película nos encontramos con la magnífica actuación de Gregory Peck que, junto con la pequeña Mary Badhan, nos muestran un pequeño microcosmos de un pueblo sureño donde, aparentemente, no ocurre nada.

Como curiosidad os diré que esta película se la ofrecieron a Rock Hudson pero al final acabo haciéndola Gregory Peck , al que le mandaron el libro y el guión y la misma noche se lo leyó quedando encantado con la historia. A las siete de la mañana llamo a Mulligan y le dijo que lo hacía. Gracias a la interpretación en esta película, Gregory Peck se llevo un Óscar a la mejor interpretación masculina y Mary Badham estuvo nominada. También debemos destacar que fue la primera aparición de Robert Duval en la pantalla, hombre de color que aparece en esta película como personaje que desencadena la historia. La pequeña y adorable Mary Badham, que interpreta a la pequeña Scout, es la hermana del director de cine John Badham. Gregory peck era una buena persona, como decía todo aquel que le conocía, su forma de ser la transmitía en el rodaje en todo momento y durante el mismo todos le cogieron mucho cariño. De hecho la pequeña Mary Badhan, que ya no se dedico al cine salvo en algún que otro papel, cuando Gregory Peck la llamaba por teléfono la seguía llamando de cariño Scout.  En el funeral de Grecory Peck fue el mismo Robert Duval el que leyó la elegía. Gregory Peck llego a los corazones de muchos por su gran humanidad.




Es una película muy estudiada, llena de detalles fantásticos que te hacen entrar en la película y disfrutarla desde el primer momento. Gregory Peck interpreta a un abogado sureño llamado Atticus que tiene unas convicciones tan fuertes que es capaz de seguir adelante pese a las adversidades que se le presentan, dando una buena lección a todos y mostrando a sus dos hijos que uno no se debe doblegar ante nada, siendo fiel a unos principios de tolerancia y respeto al ser humano. Atticus se mantiene siempre sereno, con una templanza digna de admirar. Sus hijos le admiran y se enorgullecen de su padre pese a que sienten miedo a medida que se van dando cuenta de lo que esta sucediendo.



El ritmo de la película es perfecto, hay planos magistrales y el vestuario muy logrado y estudiado para dar la presencia a Atticus que siempre recordaremos, traje blanco con chaleco, corbata y sombrero. Todos en el pueblo le admiran y le tienen respeto.

Increíble acierto en la ambientación, caluroso verano sureño que puedes mascar, donde un pequeño pueblo sigue los pasos de la intolerancia hacia la raza negra; El respeto no existe y son capaces de todo antes que alterar el orden natural que reina en este pueblo clasista y lleno de prejucios. La atmósfera está muy lograda, confiere a la película el efecto deseado para que parezca todo más pesado y tedioso.

En cuanto a la música he de decir que Elmer Berntein hace un buen trabajo, adaptándola a cada momento e incluso haciendo que sea en ocasiones muy infantil según la situación.


Mary Badhan interpreta a Scout, la hija de Atticus, a través de sus ojos vemos la historia, porque está contada para que ella se vaya dando cuenta de la crueldad de los acontecimientos, que, a veces, son inevitables, por mucho que uno se empeñe en que cambien. Desde su inocencia y su ternura, nos hace entender lo que pasa por su cabeza y cuan equivocados están los adultos respecto a muchas ideas que, vistas por un niño son, cuanto menos, absurdas. Junto con Jem, su hermano, y otro amigo algo peculiar llamado titi, viven aventuras típicas de chicos de su edad que visualmente son muy buenas, como la escena donde ruedan metidos en un neúmatico o la escena de la alambrada. Los juegos y los diálogos que se establecen entre ellos son redondos, nos evocan de alguna manera a los veranos nostálgicos que todos hemos tenido. Jugando en la calle, con inocencia, sencillez e incluso miedo en algunas ocasiones. Magnífica escena cuando Jem le muestra a Scout una caja llena de objetos encontrados en un árbol. Esos detalles tan mágicos le dan a la película un toque de misterio y aventura para estos niños sureños.





Una frase célebre de esta película es “Nunca se conoce realmente a un hombre hasta que uno se ha calzado sus zapatos y caminado con ellos”.

Es una película llena de enseñanzas básicas y sencillas que te llegan y te enternecen. Es una cinta difícil de olvidar, llena de mensajes que no caen en la moralina típica. Os la recomiendo. Vais a pasar un momento de tierna sonrisa.

miércoles, 6 de abril de 2011

PROPIEDAD CONDENADA


Sydney Pollack nos ofrece una cinta coguionizada por nada menos que Francis Ford Coppola junto con Edith Sommer y Fred Coe y, por si esto fuera poco, se trata de una adaptación del gran dramaturgo Tennessee Williams. Con todos estos ingredientes el éxito está asegurado.


Dos personajes, Natalie Wood y Robert Redford, ambos están estupendos, interpretan sus papeles a la perfección y los conocemos desde el primer momento, son personajes que van desnudando sus sentimientos a medida que avanza la cinta. Natalie Wood, que interpreta a Alva, una joven seductora, soñadora y con aire infantil que tanto la ha caracterizado en esta y otras películas. Alva ansia otra vida, muy distinta a la que lleva, pero tiene miedo, inseguridad y rechazo por lo que se pueda encontrar. Robert Redford, que interpreta a Owen, se nos muestra como todo lo contrario, sereno, seguro de sí mismo, atractivo y con un futuro por delante, cosa que Alva (Natalie Wood) desea por todos los medios, llegando a creerse su propio artificio de ilusión.


Es una excelente película donde se muestran las miserias de la raza humana. Una relación madre e hija donde la madre domina y manipula de una manera brutal y desgarradora a Alva, utilizandola para su propio beneficio, esta situación tiene muchos tintes autobiográficos ya que, la madre en la vida real de Natalie Wood, Maria Kuleff, que fue bailarina clásica, la obligaba a interpretar y a disfrazarse de diferentes personajes. Ya con cuatro años, la madre la empujo a la repentina fama y firmaba contratos por ella sin ningún miramiento, no reparaba en utilizar métodos sádicos y exagerados para que intrepetase bien y llegase a llorar de forma desconsolada en una escena.  Natalie Wood (nombre real Natascha Gurdin), tuvo una vida tormentosa, no menos que otras actrices de aquella época, y, en esta película se ve reflejado ese sufrimiento.




Por otro lado, Owen (Robert Redford), hombre tranquilo que llega al pueblo y no es muy bien recibido, no os desvelaré el motivo porque no me gusta contar nada de la historia, pero os diré que en un pueblo sureño donde llega un forastero trajeado, os aseguro que no es para nada bueno. Entre él y Alva, se va tejiendo una relación muy estrecha e íntima como era de esperar. Otro de los personajes que debo destacar es Mary Badham, que interpreta a la hermana pequeña de Alva (es la misma niña de la película “matar a un ruiseñor”), su actuación es muy buena y confiere a la película esa carga dramática que se deja ver desde el comienzo de la cinta. Este pequeña transmite mejor que nadie la situación en la que viven. No debemos olvidar las interpretaciones de los secundarios Katy Raid y Charles Bronson, cuyas personalidades deformadas por el paso del tiempo salpican a los personajes más inocentes.





Sidney Pollack es la primera vez que dirige a su gran amigo Robert Redford, con el que ya había coincidido pero no como director, sino como actor en una película llamada “el que mató por placer”.



La interpretación de Natalie Wood me recuerda a su actuación en la película “esplendor en la hierba” junto al joven Warren Beatty. También interpreta a una joven atormentada al igual que en la película que nos ocupa, prácticamente la interpretación es la misma, podían ir de la mano las dos películas y no notarías la diferencia, quizás en "esplandor en la hierba" aparezca con un aire más dramatico y desquiciado pero por el resto es similar. Como anécdota os diré que Natalie Wood murió como consecuencia de una caída desde su yate, al que llamo esplendor en honor a la película. Rara coincidencia, ya que en la película, “esplendor en la hierba”, intenta suicidarse tirándose por una catarata. Y eso que Natalie le tenía pánico al agua. Hay varias conjeturas al respecto pero no se llego aclarar. Su hermana, Lana Wood reabre el caso tras 29 años de la desapación de su hermana, ya que sospecha que, por el que entonces era su marido, Robert Wagner, tuvo algo que ver en su muerte. En la foto de abajo vemos a Natalie Wood y a su marido Robert Wagner.



Es una película muy bien estudiada, los personajes son redondos y lo único que te deja algo desconcertada es el final, debería haber tenido un cierre más redondo para mi gusto. Es cierto que no es de las mejores adaptaciones de Tennessee Williams pero merece la pena verla.