Han pasado casi un par de semanas y los nervios están a flor de piel. A angélica no la miran como a una persona, más bien como a una enemiga. German y Felipe ya no distinguen, se ciegan por llegar a ocupar el puesto de Ricardo. Están tan pendientes el uno del otro que hasta para ir al baño, van juntos. Cualquier conversación que mantienen cada uno de ellos con otro compañero es susceptible de ser investigada por uno de los dos, hasta asegurarse de que no se trata de algo relacionada con el tema central.
Una mañana, antes de entrar al trabajo, German observa como Felipe habla con un tipo en la calle, al pasar cerca de ellos, le miran y Felipe le saluda con un movimiento de cabeza. Al subir a la oficina, se asoma por la ventana, y allí están, Felipe y ese tipo extraño. German se da cuenta que Felipe le pasa un sobre a ese hombre discretamente.
Alicia se acerca a German y le agarra el brazo presionando suavemente.
German, ¿Qué miras?-dice Alicia.
-Nada, nada, estaba pensando-dice German.
-Desde luego, mira que estás raro desde que murió Ricardo, cualquiera diría que le apreciabas.
German, sin mirarla se dirige a su sitio, se sienta y enciende el ordenador mecánicamente, con la mirada perdida.
Alicia se queda de pie, se enciende un cigarrillo y, pensativa, se aleja con ese caminar tan característico, moviendo sus redondas caderas, embutidas en esa falda estrecha que parece que quiere estallar pero que en el fondo esta tan a gustito allí encerrada, manteniendo su labor de controlar esos glúteos bien firmes. Deja ver esas piernas a mitad de rodilla, con su línea de medias bien rectas, esa es Alicia, la que tanto gusta al compañero Mario y a David c. (amigos blogueros, este párrafo os lo dedico a vosotros).
Entra Felipe y saluda más alegre que nunca. Se quita el abrigo y lo cuelga con energía. Se para delante de la mesa de German.
-Que pasa jefecillo-le dice Felipe a German con ironía.
-¿A qué te refieres gilipollas?
-Bueno, todos sabemos que tú eras uno de sus preferidos, ¿no?
-Tú también podrías ser, te ibas con el de vez en cuando a jugar al pádel, ¿no?-contesta German con tono de burla.
-Bueno, da igual, que gane el mejor-dice Felipe guiñando un ojo mientras se aleja a su mesa.
-Por cierto, hace mucho que no nos vamos tú y yo de juerga, ¿no?-dice Felipe-Tendremos que organizar una buena.
Si, si. Una buena-Replica German.
Alicia, como de costumbre llega a la oficina la primera, esta vez le toca encender todas las luces. Ya han pasado tres semanas desde que se encontró el cuerpo sin vida de Ricardo.
Se sienta en su mesa y mira de reojo al despacho de Ricardo. Ve una pequeña luz en su interior. Se extraña pero sigue haciendo sus cosas. Vuelve a mirar al despacho, esta vez se queda más tiempo observando. Se levanta y se dirige despacio hacia la puerta, se queda por un instante de pie, delante de la puerta y como hacía antes de todo lo sucedido, se ajusta su vestido negro entallado, se mira la línea de sus medias sin darse cuenta que, esta vez, sus medias son totalmente lisas. Agarra el pomo de la puerta y lo gira con delicadeza. Las pupilas de sus grandes ojos se dilatan, German esta sentado en el gran sillón de respaldo alto. Su camisa esta manchada de sangre. Sobre la mesa, un plunkey partido por la mitad con una nota arrugada en medio, manchada también de sangre.
-Me traes un café-dice German a Alicia.
-Bueno, soy el nuevo jefe, ¿no? Ayúdame a limpiar todo esto antes de que lleguen los demás.
-Pero, ¿estás loco? ¿Qué has hecho?, no entiendo, no entiendo nada….
No te hagas la tonta ahora, tú lo querías igual que yo, por eso has estado más cariñosas estas semanas conmigo-dice German.
German, ¿Qué estás diciendo? ¿Qué yo quería que?, te has vuelto loco…
Que lo hiciera, querías que yo fuese el jefe, te gustan los jefes ¿no es así? No estarías conmigo a no ser que fuera jefe, ¿no? Igual que estabas con Ricardo.
Te has vuelto rematadamente loco, lo mío con Ricardo se acabo, él siempre lo negaba, pero nuestra relación estaba muerta, tan muerta como lo esta él.
En ese preciso momento German abre los ojos como si hubiera visto un fantasma, detrás de Alicia aparece Ricardo, con media sonrisa se acerca a Alicia que se da la vuelta de un sobresalto.
Ves, al final lo nuestro no estaba tan muerto al fin y al cabo-dice Ricardo sonriendo y tocándola la cintura.
-Pero, Ricardo, ¿cómo?- dice Alicia entre sollozos.
Ricardo se acerca a German y le da una palmadita en el hombro.
-Gracias German, me has quitado un peso de encima, esto sí que es ser un empleado devoto y fiel.
German, con cara de extrañeza, le quita la mano del hombro bruscamente, se gira en la silla y se pone de pie.
-¿Que estás diciendo? ¿Qué broma es esta? Tú estabas muerto, vino la policía, unos hombres con guantes….-dice German sobresaltado-.
-Con dinero se puede hacer cualquier cosa, eso es algo que aprendí hace mucho tiempo-replica Ricardo- ¿Broma? No es ninguna broma. Gracias a ti, me he deshecho de Felipe sin tocarlo. Ese tocapelotas estaba liado con mi adorable abogada Angélica y me estaban chantajeando con ir a mi mujer y contarle una sarta de mentiras, bueno, algunas no tan mentiras, la verdad.
Ya no podía más. Cada mes me sacaban un dineral por su silencio, me colocaban una notita dentro del dichoso plunkey con nuevas amenazas. Angélica siempre llevo mis cuentas, también algo dudosas, para que mentir, y, mientras estuvimos juntos, mantuvo su silencio pero, ese víbora de Felipe, me arrebato todo y no contento con eso, decidieron vivir de mí, de mi dinero. Unas auténticas sanguijuelas, eso es lo que eran.
Se me ocurrió que quizás tú, su gran amigo de aventuras de divorciado, dejaría de ser tan amigo con la posibilidad de ver que todo podría ser tuyo de una vez por todas. Contrate a una persona que se encargo de pedirle un sobre a Felipe con dinero con la gran mentira de que él haría todo lo posible para lograr que Felipe se quedase con todo. Lo planee todo para que lo vieras y empezases a sospechar que Felipe trataba de eliminarte a ti. Un gran actor ese gran amigo mío.
Pero, si yo no lo hago, Felipe me hubiera matado a mí-dice German aterrorizado-.
¿Por qué iba a matarte? no lo creo. Felipe no era de esos, era más bien de chantajes, pero no mataría a una mosca y en el fondo tú lo sabías. ¿No es verdad?-Replica Ricardo- Felipe estaba convencido de que él se quedaría con todo porque yo me encargue de hacérselo creer.
Y, ¿Qué hay de los informes que mandaba Angélica? ¿A quién iban dirigidos?-pregunta German-
Todos iban dirigidos a un correo mío, eran muy divertidos, la mayoría hablaba pestes de ti y dejaba a Felipe como el mejor ¿curioso no? ella pensaba que se los mandaba a alguien desconocido-replica Ricardo-¿A que es divertido?-Ricardo se ríe a carcajadas, se acerca al plunkey, coge la nota arrugada que esta encima y lee: “gracias German, esta será la última nota del plunkey” coge un pellizco con los dedos y se lo lleva a la boca mientras sigue riendo. Se guarda la nota en el bolsillo.
German frunce el ceño y cierra fuertemente los labios para evitar decir una estupidez, levanta el cuchillo y amenaza a Ricardo. Alicia pega un grito.
Ya he llamado a la policía-dice Alicia-llegaran de un momento a otro.
German-dice Ricardo-suelta el cuchillo ¿No has tenido suficiente con hoy? A veces se pierde y otras se gana. La nota anónima que te envíe anoche te hizo decidirte del todo. Basto con echarle un poco de perfume del que usa Alicia y hacerte creer que ella quería todo esto. Tranquilo, la nota ya no esta en tu casa, ya se han encargado de hacerla desaparecer en cuanto has salido esta mañana.
No pongas esa cara German, es lo mejor que has hecho en tu trabajo. Lástima que no te pueda recompensar como es debido y que la policía no te vaya a creer nada de lo que le digas. No pienses en Angélica como posible testigo, porque ya no estará por aquí. Me encargue de enviarle un amigo, el mismo que paso por tu casa para coger la carta. Se encargo de darle una suma considerable de dinero con tal de que desapareciese del país durante mucho tiempo. Curioso, mi contacto me dijo que no se lo pensó dos veces, ni parpadeo, ni pensó en su gran amor, Felipe. Hizo las maletas y se fue. Ambos se aprovechaban el uno del otro mutuamente, creo yo. Ya sabes que Felipe adoraba a su mujercita y solo pensaba en recuperarla y, por lo visto, tú siempre has pensado en Alicia, por lo que he escuchado antes de entrar. ¿No es romántico todo esto?
¿Y tu supuesta muerte?-dice German-¿Que dirá la policía?
¿Qué muerte German?-dice Ricardo-aquí no ha muerto nadie, bueno ahora sí-dice riendo.-Pero mi muerte no consta en ningún sitio y los actores que contrate, son actores al fin y al cabo, ¿No?
Pero todos los de la oficina lo vieron-dice German-.
¿Qué todos?-replica Ricardo-¿mis empleados?, esos, por una buena suma, se reirán de todo y seguirán con sus monótonas vidas. Y no creo que les importe que vayas a la cárcel, al fin y al cabo has matado a una persona. Eres un asesino a la vista de todos.
Alicia-dice German. Ayúdame.
Ricardo le quita el cuchillo a German que apenas sujeta con fuerza. Se acerca a Alicia que no deja de llorar y le acaricia la cara.
-Alicia, German no era bueno para ti, te lo dije siempre ¿ahora lo ves?-dice Ricardo-yo en cambio, sigo queriéndote como el primer día.
FINNNNNN!!!